Arte Sincero

Alguien que ya no recuerdo me dijo que el único arte que vale es este: el que al desnudarse el autor, consigue desnudar a su público; el que triste sonríe y de alegría llora; el que sin miedo toca las fibras más sensibles de nuestra humanidad y resuena en melodías. 

Quiero escribir algo sincero.

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Cada Ver

Cada vez más...

Grande, chico, vivo, muerto, claro, confuso, listo, torpe, importante, ignorado, hallado, perdido, trascendental, terrenal, amado, odiado, amante y odiante. Todo y nada.

Cada vez menos...

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El clima se siente confuso

No sabe si quemar todo o ahogarlo.

No sabe si ser metáfora de optimistas o depresivos.

El clima te sigue los caprichos, mujer, te copia.

Enceguece de belleza y vida mientras perturba con gritos guturales que parecen venir desde adentro de la tierra, tu tierra, tu infierno.

 

Miro a un lado, y las nubes, blanquísimas, se dibujan en el lienzo azul.

Miro al otro, y todas las pinturas se regaron, dejando una mancha que quiere tragárselo todo. Miro a un lado, y no estás. Miro al otro, y tampoco.

 

Tu ausencia es algo más que la suma de los lados, es mi ser buscando tu rostro en el cielo.

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Desencanto

Cuentan las historias arrugadas sobre justicia poética, castigos divinos y recompensas encantadas, pero no hace falta sino mirar por la ventana para decepcionarse. La maldad se esparce entre risas, unas macabras, otras aparentemente inocentes, todas cómplices, y la bondad se oculta asustada, dudosa de sí, cuestionando su forma. Hartos de las fábulas de Esopo matamos al Juez suponiendo libertad, sin prever que nos condenábamos a ella misma. Aunque fastidie, en esta cárcel de todos culpables, quién pues, para decir qué está bien.

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Filosofía Barata # II

Emergencia; la clave del constructivismo.

 

Encaminada hacia la comprensión fenomenológica con base en los sentidos y posteriormente en la razón, la capacidad de abstracción conceptual comienza a vislumbrar sus consecuencias al aceptar sus límites; la materia pensante se piensa a sí misma, se cuestiona, y al hallar todas y al mismo tiempo ninguna certeza, se consuela construyéndose eternamente a sí misma, y ya sin vergüenza de equivocarse, construye la realidad. Todo sería más claro si sólo hubiese una materia, un todo, pero es innegable la existencia de las partes. Partes que están en correlación, partes que también se piensan a sí mismas, y más complejo aún, obligadas a entramar la totalidad; comunicándose.

 

Mapi Ballesteros, en su texto “Pensamiento complejo y estudio de la comunicación”, da una introducción al concepto de “emergencia”, en el marco del pensamiento complejo, citando de Mark J. Ablowitz una sentencia que devela toda interrelación humana; la significación: “Si en un piano toco dos notas a la vez, hay un aspecto de la cualidad del sonido que no es propio de ninguna de las notas consideradas por separado. El acorde tiene la característica armónica que es un atributo que no tienen sus componentes sino que surge de su combinación” (Ablowitz 1939:2). Armonía, disarmonía. Orden, caos. Bello, feo. Categorías, convenciones, esencias, realidades; construcciones. Absolutamente hay “un aspecto de la cualidad del sonido que no es propio de ninguna de las notas consideradas por separado” pero que tampoco es propio de su combinación, o por lo menos, no independiente de la significación interior de los (como se refiere Ballesteros a las personas) “usuarios”.

 

Resulta alarmante para la existencia la imposibilidad de acceder a lo real objetivamente, sin embargo y por las mismas condiciones, resulta liberalizante posibilitar el carácter “real” de lo subjetivo, pero en esta condena de libertad nada resulta más gratificante que perderla, y no hay manera más propicia para hacerlo que dotando de teleología a-original la propia existencia, o en otras palabras, creyéndose su propio cuento. El ser no tiene un propósito, el ser en cuanto a sí es nada. El ser es en cuanto a sus relaciones con lo otro. Es en este punto donde subrayo lo fundamental del concepto emergencia, utilizado comunicacional y humanísticamente por Ballesteros, y por quien escribe como clave en el proceso de construcción de lo real. Cuando el ser se reconoce como otro-otro, incluso interpretando desde sí lo otro para volverlo parte de sí, cuando dos realidades, dos universos, dos agujeros negros se comunican, es cuando todas las posibilidades comienzas a ser reales, la historia dialéctica se desmorona y arruma en “ruina sobre ruina” como diría Walter Benjamin y la emergencia resulta, tras una pantalla de humo de sofismos, como el nuevo hito de significación y construcción.

 

Ahora bien, ¿podría el estudio de los elementos constituyentes de la comunicación, y sus relaciones como un todo, guiar los caminos a una comprensión mayor y un mejora de la comunicación en sí y en pro de la humanidad? Dejando de lado las ingenuas categorías de valor, podría uno arriesgarse a decir que sí y no decir más, para que de la incertidumbre e inconformidad del lector, y la emergencia resultante, la significación siguiera su destino cambiante mientras se cree y se crea.

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Filosofía Barata # I

Los instintos mueven al individuo. El individuo es animal, es especie.

 

¿Cómo es individuo? Por sus distinciones. ¿Qué determina las distinciones? Lo circunstancial de su experiencia, pero también la interpretación y significación de sus circunstancias. Entonces, cada individuo tiene una manera distinta de interpretar y significar. ¿Es ésto aprendido o innato? ¿ambas? Las reacciones físico-químicas generan sentimientos y viceversa, los sentimientos generan ideas y viceversa, las ideas generan reacciones físico-químicas. La división entre mente y materia es difusa. Si existen determinaciones físicas innatas que nos son únicas, como la huella dactilar, ¿por qué es descabellado postular una determinación mental del mismo tipo? No podemos pretender una generación espontánea del pensamiento en busca de su origen.

 

Se plantea un problema, si las interpretaciones y significaciones responden a cuestiones humanas, ¿cómo argumentar que las partículas que nos constituyen determinan, aunque sea en parte, éstas? Por una parte, la epigenética de Waddington habla de una inscripción de información del ambiente en el código genético y que es transferida hereditariamente. La autopoiesis de Maturana habla de la capacidad de los sistemas (seres vivos) para producirse y mantenerse a sí mismos. El arquetipo de Jung habla sobre las correlaciones entre representaciones simbólicas a través del tiempo de la humanidad, y de ésta última plantea "una tendencia innata a generar imágenes con intensa carga emocional que expresan la primacía relacional de la vida humana".

 

Por otra parte, y dejando la divagación al aire anterior, la información que nos determina puede encontrarse en la historia material e inmaterial, en lo que se ha hecho con lo humano en el mundo y que sigue estando como testimonio como fuente experiencial y de formación del pensamiento: edificios, calles, religiones, libros, técnica, arte, filosofía... humanidad. Quizá sea sólo eso: instinto hecho pensamiento y pensamiento hecho historia. Así, pareciera que la diferenciación, lo que nos hace individuos, sigue siendo circunstancial, incluyendo nuestras interpretaciones y significaciones.

 

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Obviedad

Si hay un qué, hay un dónde y un cuándo, y por lo menos un quién que se pregunta cómo, por qué e incluso cuánto.

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Sea sincera para que no tendamos a cero

Los matices entre el blanco y el negro se hacen infinitos y los ojos se cansan de ver, nuestra historia se prolonga vanamente como un homenaje a la incertidumbre, como agonía de esperanza. Sea sincera, sea de hacer, sea de acero... No tendamos a cero.

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Nueva generación de la Nada.

No brindaremos por ningún ausente, profanaremos del cementerio del tiempo los huesos de aquellos que nos sirven de excusa para reunirnos y crear; hacer que valga la pena este sueño lúcido, loco y colectivo, que llaman vida.

Somos la nueva generación de la nada, que no se nos escape el ahora.

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Nado

La nada se presenta serena ante el umbral de la puerta, coqueta entra y sin quitar la mirada sobre lo que de uno queda, insiste en poner todo sentir sobre la mesa. El trato es simple pero no sencillo; todo a cambio de ella.

 

Pasan 21 años en una respuesta. El ángel se desploma y ya en la tierra se despluma. Los ojos pierden luz y la expresión ternura, la sonrisa se afila, las venas se hacen duras.

 

La poesía que sangraba... ahora tinta... ahora nada.

 

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Dosis

En este sueño tan real, encendé todo fuego y consumamos de la droga que es el otro. Consumámonos.

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Almas grises

Hay almas grises; seres que no son lo suficientemente malos ni buenos; personas tristes con un sabor amargo a esperanza bajo lengua. Quienes cuando la felicidad los llama, asisten, pero siempre desconfiados, siempre cabizbajos y mirando de reojo. "No soy más que lo que merezco, no merezco más que lo que soy"; es la máxima mini-mi-zadora que se proclama al tiempo del tic-tac del reloj, pero a su vez el crucifijo que protege de peores demonios. Que nadie se atreva pues a juzgarlos; quien no vibre igual que no desarmonice la disonancia.

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Días extrañar. Dame más.

  • Día 0: Después de algunas confesiones alcoholizadas por el inconsciente soplón y una impaciente tarde de espera; los ojos miráronse y los labios sonrieron, las pieles se rencontraron, y entre palabras, los dos locos fluyeron... Una pequeña despedida a manera de excusa para sentirse de nuevo, para acercar las almas, para retar el deseo... Y así cuestionar la duda, la pregunta y el miedo.

 

  • Día 1: Ha de ser el frío, y el regocijo al distraerlo, lo que invita al recuerdo, por parecerse al sentir y a la idea de vos; mujer nevado, mujer volcán. Ojos tristes sobre sombras profundas; que congelan y confunden, que confunden y reinan; sonrisa coqueta de comisuras afiladas, en labios que tibios, besan y tientan.

    Pero algo se presenta, imponiéndose como espejo y promesa futura. De mala gana le dejo entrar a corromper el pensar, tal vez sólo por precaución. El viejo no hace más que remembrar sus amores perdidos, prohibidos, pasados, y mientras divaga en su difuso discurso no logro evitar la empatía. Dice que amó sin procesos, así como pretendo yo. Dice que se perdió entre sueños que resultaron en soledad… Y ahí sigue; recordando y hablando, recogiendo del cementerio del tiempo pedazos podridos del corazón.

    Vuelve el frío que despeja la mente… sólo espero que no vuelva el frío que detenga el fluir de la sangre que siente.

 

  • Día 2: Se acaban los versos y no quiero jugar, ya esto harto de eso. Mucho más por siempre verme como el que pierde sin siquiera entender el juego.

    Quiero que sea distinto, importante, aportarte… pero eso sí, sin dejar el deseo, la pasión ni la locura. Aprenderte y aprehenderte; servirme a ti en copa y al tiempo también beberte.

    Debe ser esta misma inconsistencia la que hace que prefieras callar y esperar, quizá hasta jugártela a varias cartas, en vez de ser conmigo, hacer conmigo y perdernos en ambos.

    ¿Es tu turno ahora?

 

  • Día 3: ¡Tanto he hablado!... Ya me indignado, enojado y entristecido, a fin de cuentas, empeliculado. Pero ya por fin hablamos y todo lo anterior se fue al carajo. Así mismo como pasa estando cerca: estoy contigo; estoy completo, nos despedimos y siento que todo se ha perdido. Pensándolo bien, me pasa cual perro, que espera nostálgico frente a la puerta y se desvive al verte al regresar de la tienda.

    Dame más, mírame más, bésame más, muérdeme más, loquesea-me, pero más. Hazle entender a un corazón desconfiado e inseguro, que donde busca abrigo… lo ha encontrado.

 

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El cajón del coleccionista

Por sentir mucho, por sentir rápido, por verme obligado a mantener con vida la cosa esa que se alimenta de emociones; soy coleccionista de pesares y recuerdos.


-¿Que la quieres con rima patética, con rima ridícula...?


Por idealista, por apasionado, por ser del dolor un escapista amateur y fracasado; voy haciéndome con sueños rotos para en el cajón de las desventuras ser guardados. Cajón sin fin, cajón pesado, cajón pesimista, cajón del pasado, cajón de todos los colores combinados. Cajón que grita, cajón desgastado, cajón en el que yo mismo me habré enterrado

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Psicotiacústico

Eran casi las tres de la mañana, fui a comprar cigarrillos a la portería del conjunto residencial contiguo al mío; cinco pisos de bajada, un laberinto de estacionamientos, un parque de juegos infantil y 23 escalones de subida antes de poder hacerme con ellos. Habitualmente el recorrido nocturno se queda en eso y de vuelta a casa, pero esta noche, como en otras pocas, quise sentarme a divagar entre recuerdos, pensamientos y el humo.


Me detuve en el parque infantil y llegué al banco desde donde los padres vigilan a sus hijos, claramente a esta hora de la noche, o de la mañana; ni padres ni hijos, sólo una imagen estereotipada de la nostalgia o hasta del terror. Encendí el primero de la cajetilla y me di al silencio tras la densa bocanada, o por lo menos al mío, porque justo ahí comencé a escuchar.


Sin importar el escandaloso concierto de grillos, todo tenía su espacio en mis oídos; el leve chirrido y aleteo de algunos murciélagos fruteros y el golpe contra el suelo de los mangos que éstos mismos hacían caer, hasta las hojas secas empujadas por el viento, arrastrándose contra el césped artificial que cubre la zona de juegos; una motocicleta a lo lejos; un televisor prendido, un perrito ladrando; un encendedor, otra bocanada; los gemidos prolongados de una mujer gritándole a un tal Dios. Era sinfonía, absurda, viva... y el cuarto movimiento, el final, fueron mis botas, paso a paso, alejándose del lugar.


Aunque todo sigue y seguirá sonando, tengo que decir que acabó, pues tuve que volver a mi sordera autoimpuesta para escribir esto, mientras un viejo y destartalado ventilador me distrae del texto al tiempo que me cuestiona qué hay que escuchar.


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Hielo

Me hielo. Si articulo palabras no son más que balbuceos, ruido blanco que cubre todo lo que temo.
Quisiera, en verdad, poder conocer más, meterme en ese mundo tuyo y quedarme allí descubriéndolo y experimentando; gustos, miedos y pasiones... Pero me hielo, dejo de ser y me preocupo... por todo, por tanto como existe, o que no y que yo invento; un gesto, mil preguntas; una mirada, un muerto.

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Incomprensión 

Importancia. 

Gusto o repulsión.

Duda.

Cobardía o precaución.


Imaginar un primer encuentro mil veces, diferente... en otro tiempo, en otra vida, en otro cuerpo, en otra poesía.

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¿Qué es...?

¿Qué es mejor?


Quedarse a la sombra y atiborrarse el alma de pensamientos idílicos.

Salir de ella y enfrentarse a la causalidad tentadora y casi siempre fatídica.


¿Qué es peor?

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Redes Sociales

Mucho se ha dicho que las redes sociales son el espacio idóneo para el hedonismo y el narcisismo. Que el "me gusta" es reconfortante y justificante. Pero ahí no para todo, la naturaleza simbólica del hombre permite que este tipo de espacios virtuales sean tan experienciales que a su vez sean reales, por lo cual, y avalado por la subjetividad y la democracia digital, cada individuo se supone libre de expresar cuanto quiere, de criticar cuanto quiere, de hacer de su experiencia propia. Sin embargo, y como también funciona en el plano físico, la censura y correción política limitan la expresión a una sonrisa impostada y dos palmaditas en la espalda, pues a base de argumentos ad hominem, los egos hedonistas y narcisistas determinan los límites de la verdad.

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Lectora

Me agradan las mujeres que leen en voz alta, que se alegran o se enojan y su cuerpo da cuenta de ello. La mirada siempre fija, los labios incesantes. De vez en vez, la vanidad llama a las manos a tocar el cabello péndulo mientras los pies juguetean entre ellos sobre el suelo. 


Hay quienes, frente a la imagen de aquella loca bella perdida ante las letras, interrumpen su abstracción sin sentir culpa, sin caer en cuenta de que al hacerlo, revolucionan un mundo entero en contra de su creadora, quien sujetando sutilmente de nuevo el papel, ha de recuperar su fe. 


Todos los personajes en su rostro, todas las voces en su cabeza.

Sílaba tras sílaba, desnudándose el escritor y haciendo el amor con ella.


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Sólo Sola

Cuatro de la mañana, la atención fija en otro huso...

Ocurrencia por azar en esta sola teoría; la del caos. Un sólo pensamiento, un sólo hecho aparte; una sola coincidencia y todo se hila a perfección. Decí, mostrá, bailá, hacé... lo que sea necesario para saber que no soy sólo yo, solo, en un universo ideal, en una sola mente ingenua.


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Feminismo y no igualitarismo

Feminismo y no igualitarismo en cuanto a género, hablo de palabras, de títulos, pues el significado es el mismo.


Las mujeres han sido pisoteadas tanto como el tiempo de humanidad ha pasado, y hay quienes hoy tienen problema con el título merecido de una lucha por la equidad. ¿Ni una palabra vale la reivindicación de quien fue víctima? Y no, no creo que esa palabra perpetúe el mal recuerdo, por el contrario, enaltece un proseguir, pues aún no termina.


Hay hombres feministas, eso no es contradictorio, lo que sí, es pretender seguir reglas morfológicas basadas en la igualdad de género en un idioma donde la palabra "víctima" es femenino. Bueno, tal vez no contradictorio; cínico.

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Coprófago

No podría llevar cuenta de las veces que me han mandado a comerla, pero me es claro que cada día ingiero cierta cantidad de ella.


Y cómo no hacerlo, si desde que se levanta el quema mundos lo único que espero son los escupitajos del cielo, que le den un color más acorde y honesto a la realidad que contemplo.


Preparo la máscara de turno frente al espejo, socavo las comisuras de los ojos y los labios para así parecer más ingenuo y aparentar una actitud positiva, digna de protagonizar un bestseller. Salgo al caos con el anhelo redentor de lo que se ha perdido, del ser luchando contra lo habitual, lo banal y el olvido. Pero aunque ferviente el deseo; dormido.


Esto no es vida, acá yo sobrevivo, porque una lucha es tal cuando se tiene un motivo, cuando la existencia se reta y afirma más allá de los sentidos. Pero la decepción es grande, la razón es corta, el ideal maltrecho, el corazón vacío.


...Y es que no puedo tragarla toda entera, como me la han servido.

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Estar enamorado es estar enfermo

Gritarán los armoniosos que no conozco del amor, y que mucho menos sé amar. Todos ellos pueden seguir en, lo que para mí es, su engaño -e irse a la mierda-. 

Si el amor está en la cabeza, como mucho se ha indicado, no cabe duda de que no es más que una enfermedad mental.


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Mala Noche

Esta noche quiero fumar hasta que mi cáncer tenga cáncer. 

Quiero beber hasta que todo lo sagrado sean falos y vaginas, sangre y putrefacción. Destruirlo todo, maldecir a todos y cada uno de los dioses, gritar para sacar cuanta basura haya en mi interior. Volver a todas las drogas; inyectarme la muerte que corroa el espíritu. Ser la bestia, el desalmado, el cerdo, el parco. El aplauso irónico por la absurda comedia de lo que es estar despierto, el estar vivo. Acabar desnudo en una cama de porquerías cubierta y caer en coma por el tiempo que sea necesario para no volver a sentir.


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El recuerdo es un diablo tramposo

Quiero acallar las voces que gritan que quiero correr en busca de sus pasos. Impotente me hallo frente al vacío, débil frente a la sonrisa. Tormento de confusión. No sé qué duele más, la nada o el ápice.

Esperanza amarga de la inconclusión.


Debe existir un lugar, una manera, un tiempo, una acción, que sea tan concreta como la pared a la que ahora mi frente rinde culto frenético, que me libere del filo frío de los pensamientos.


El recuerdo es un diablo tramposo.


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Bilis Negra

La muerte llegará y acabará con el castillo de arena. 

La confusión reinará. Sin emociones divagará excusando sus faltas en la tragedia. Poco a poco el ser no será más que no-ser. Psicótico. Maniático. Dramático. La muerte es la calma para el muerto, el duelo para para el vivo. Bilis negra.

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Me despido del quererte

Prefiero ser consumido por trivialidades mentales fundamentales que diluciden la bipolaridad que el todo presenta, antes que permitir terminar de contaminar una mirada que se ha venido formando de preguntas, que a su juicio y sin ánimo de imponer como verdad, aporta al cuerpo, mente y espíritu más que esos ojos que enceguecen y esa boca que calla. Me proclamo ser de instinto y pensamiento, me despido del sentirte y me olvido del quererte.

EL VERDADERO DUELO ES MENTAL.


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Demonio Rojo

No sabés cómo quisiera poder despertar un día sin sentirme miserable, y más por un ser que sí merece ese apelativo. Me cago en todas las formas de limitar el espíritu y más en esa tan despreciable que es el amor. Se pinta de rojo los labios y los humedece con la lengua, siempre mirándote a los ojos para así tragarte entero y despedazarte cuando ya te tiene ahí, minimizado a mendigo, adicto y masoquista. Siempre sumiso, siempre obediente.


Que es lo mismo el odio, que se siente igual; un deseo que corroe la sangre desde las venas más pequeñas de los dedos que tocan esa carne enfermiza, por deliciosa, hasta llegar por el torrente a la cosa esa que se alimenta de emociones. Cómo quisiera saberme libre del amor, para que cuando llegue de nuevo a por su pedazo de razón, la poca que me queda, pudiera saciarme en ella, llenar su sexo con el odio que me ha dejado, escupirle en la cara y tirarle al piso monedas para el bus.

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Ni en tu nombre

No seguiré una doble vida, más que ocultando, mintiéndome. 

No permitiré que un ser de carne profane lo único bueno que hay en mí. 

No esperaré el llamado del sentimiento en una roca de colores, pero al fin de cuentas roca, que contra paredes más crueles ha chocado, y en mí, al encontrar una vulnerabilidad tal como el más frágil de los espejos que pide por ser destruido, se aprovecha de la falta de certeza y raya con lo descarado. 

No mendigaré amor, no me consolaré con manifiestos implícitos, avergonzados, escondidos. 

No me limitaré por causas ajenas a las mías, no interpondré tolerancia ni paciencia en asuntos de deseo. 

No mantendré un juego en el que sin empezar ya había perdido. 

No creeré más en lo que queda de vos en mí; una pequeña mentira, un cariño de consuelo, una absurda melodía de dos silabas...

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Ques y porqués

Que conspire el cosmos y sea eterna, ésta, mi ahora condena, para verte, verterte y beberte aunque sea de a tragos mínimos, cohibidos, limitados... impotentes. Que tendamos a cero mas en su momento seamos infinitos. Que te sueñe y me sueñes más allá de nuestra condición de seres sociales, forma absurda de encadenarnos a la realidad. Que sea el sentir el que responda por qué, siendo yo el terrenal, el decadente, el caníbal, no bastaría para mi ser el tenerte simplemente desnuda, caliente, mojada. Que perdure la tortura así pierda razón la vida, si es que alguna vez la tuvo, así mi locura cuestione con argumentos inexorables a la, por mucho, ya vencida cordura. Que sean tus ojos cuchillas, tu sonrisa veneno y tus palabras tormento, indiferentes y cínicas, ardientes de hielo que quema, así como el resto de vos, oxímoron pleonástico, que enternece, duele y encanta. Que resuenen los ques, y a su vez, que se jodan los porqués. Que me mates y si la gana te viene que atesores mis restos, pues esto soy ahora, sólo restos de vos.

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Voy a contar hasta 3

Uno no puede esperar tanto.

Dos son los que pretenden amarse.

Tres acabaron con todo.


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Si So

Si te dejo, sólo dices adiós. 

Si me dejas, me voy al diablo. 

Si te amo, me quieres.

Si te quiero, me amas. 

Si me alejo, te acercas y me abrazas.

Si me acerco, me esquivas y te marchas. 

Si me entrego, me rechazas.

Si me niego, me acompañas. 

Si te pido, no acatas.

Si me pides, doy forma al agua. 

Si te sueño, es porque me faltas.

Si me sueñas, es que te basta. 

Si te miro, miras a lo lejos.

Si me miras, reinventas el tiempo.

Si me recuerdas, que no sea con pena.

Si te recuerdo, que esté ya muerto.


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El Silencio Incómodo

Para mi carne sos deseo ardiente, perversión hecha travieso juego, sensualidad con un toque vil y sobretodo pícaro pero cínico, para mi mente sos inquietante, maravillosa en complejidad, todo un laberinto de pistas musicales y enigmas ajedrezados, desconfiguración de la realidad, subjetivación de la importancia y asimilación de la pregunta, pero para mi ser sos castigo, sos trampa de osos en un campo minado, sos la espada, la pared, el piso y lo que queda, sos lo que me ata a desesperos, sos las palabras que no pude decir y las que dije cuando ya era tarde, sos lo triste de la vida, lo real, lo que no permite volar, sos y sos y lo que querás seguir siendo conmigo. Para mi ser sos el silencio incómodo.

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Tarde

Que sea la belleza de lo incierto lo que guíe los caminos de lo que sigue, ya que racionalmente todo se ve injustamente limitado y patéticamente afrontado.

Llegué en un tiempo de tu vida donde no puedo aspirar sino a una sonrisa y medio poema recitado. Llegué cuando ya te querías ir, cuando ya habías dejado tu cuerpo al pasado y tu alma a los dioses. 

Siento no ser lo que borrase toda razón. Siento que no puedas sentirme por lo que ahora sientes. Siento el saber de nunca poder saberte parte de mí por elección tuya. Siento que sienta lo que ahora porque siento haberte conocido... tan tarde. Siento que sólo pueda hacer... nada. 

Espero como quien sabe que muere y sigue esperando. Cual lunático encadenado en el día mas ansioso de que llegue la noche para ser tal cual es en sus más latentes fantasías.

El ahogar los pensamientos con/en esencias ajenas a las tuyas me hace sentir ridículo, más vano, más torpe que antes de haberte creído imposible. 

Me valgo de la nada para añorar tiempos distintos, me baso en el presente pues más acabado no has de tenerme. Suspiro cuando no estás cerca, así estas letras sólo te llegan como vanos versos de un quejumbroso, de un tonto, por ti, enfermo.

Muero de estupidez, porque aunque respire, dejo de ser frente a la realidad de hallar lo que me podría salvar pero no debe, puede, quiere... 

Muero porque aún sigo vivo.



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Hasta luego

Hace tiempo no escribo... y es que no tengo porqué para hacerlo. 

No me quejaré más de mi dolor auto-escogido, y sin musa no hay arte. 

En otra rama de la expresión, o en otro tiempo, nos encontraremos. 

Buena noche.

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Esquela Epistolar II

Cómo no quieres que nos estemos convirtiendo en algo malo si desde hace muchos meses me tienes en un ir y venir de dudas y sugestiones. No es necesario hacerte un recuento, pero digamos que antes no se podía y estábamos juntos, cohibidos pero estábamos, luego se podía y estuvimos más juntos, yo a la espera y no sé vos. Ahora no se trata de poder, y al parecer ni de querer se trata, nos hemos acercado tanto como cualquiera que guste de alguien quisiera, pero también alejado de varias maneras; emocionales y por intención mía, físicas, aunque éstas últimas, por indecisión tuya, vanas. 


No es justo que sea yo, acá, el único enamorado y no es justo por tu falta de criterio para poder decir "no" y tu cinismo de verme así y exigirme calma. Yo siempre estoy a la espera de lo que sea, pero de algo que sea o que no sea, pero que algo claro sea.


Llevo estos meses de quererte como si fuera el proceso de una enfermedad mental, emocionalmente fatal. Eso de "loco por vos" ya no suena tan lindo cuando es la cabeza de uno la que sufre, la que hila hechos fortuitos en la más trágica comedia. 


Valiéndome de esperanza y excusas convenientes que yo mismo dispongo para no caer en cuenta de que lo único que he sido es un mendigo, he venido forzando tu sentir para vibrar al mismo grado que el mío. 


"Patético", es la palabra que buscas, la misma que repito cada que me veo solo escribiendo, para ti y sobre ti, basura que hace las veces de hombro para llorar y pese a que la intención sea desahogar no logra más que apretar el nudo. 


No eres fácil de dejar, lo es más el cigarrillo, es más, hasta lo dejaría si eso nos mantuviera, y eso es mucho decir para alguien que en el humo condensa las penas del diario vivir. Y eso sin mencionar que vos hacés más daño, siguiendo la lógica de que sos droga que al adicto presente se le brinda en ápices, pero en plenitud se le niega. Soy nada por lo que me has vuelto, aunque valga tanto como la semilla seca rodeada de piedras preciosas que guardas en esa caja. 


Ya no hay vuelta atrás. Recuerda que fui yo quien lo dijo primero, que cada día que prolongáramos mi tortura y mi deseo, sería un peso para el delgado hilo del limbo en el que me mantuviste, para un final estrepitoso, un buen mal final. No te culpo de nada, vos sólo querías fluir y yo ser copa. Sólo pienso que hubiera sido bueno saberlo desde un principio, para así no tener tantos sueños rotos por guardar en el cajón de las desventuras.


A complicarle la existencia a otro, a ese que aunque frío, mantiene tu corazón latiendo lejos del mío.


"Creo que me podrías llegar a gustar... y eso es problemático..." .

Así comenzó, y cual predicción, así terminó.

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Elemental

Viento, sublime elemento. 

Agua, purificadora de almas. 

Arena, amalgama de eras. 

Fuego, sos vos.

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Ciclos

Toda la vida estamos en busca de algo; el amor, la salud, los amigos, la felicidad. Pero me pregunto ¿qué tengo? Todo es un eterno cambio cíclico. La vida es la memoria del pasado sobre el sueño del presente. ¿Qué queremos?, lo mismo, como antes, como después.
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Toute la vie nous sommes en recherche de quelque chose; l'amour, la sante, les amis, le bonheur. Mais je me demande, qu'est-ce que j'ai?, tout est dans un continous changement cyclique. La vie est le mémoire du passé sur le rêve du présent. Qu'est-ce que nous voulons?, le même, comme précédemment, comme après.

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Busco prostituta que sea musa en mi arte muerto

Caminé sobre los pasos dados en busca de la cuarta hoja que perdió mi trébol. En qué lugar o en qué momento los sueños lúcidos fueron cárcel y tormento, dejando su forma libre de lujurioso desenfreno. Ya ni en ellos hallo escape al tictac absurdo del viaje. He empacado las maletas muchas veces, y ante la puerta me arrepiento, me resigno, me lamento. No hay fuerza para irse y la poca que queda el ahora la consume. 


Miro a todos los cercanos con cierto asco, todos creyentes de su potencial, de su ansia y delirio de inmortalidad. Me río de todo cuanto se dice merece respeto, pues la vida ya ha sido pisoteada, por nada doy un peso. Y aunque vaya al centro de los pensamientos con ánimo de evangelizador hambriento, me devuelvo seguro de que al ser, siempre miento. Ya habiendo roto todo cántaro vacío, todos ruidosos por cierto, me limito a escuchar el gemido ajeno de un orgasmo que por falso, sincero.

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Esencial

Detrás de cada palabra, de cada expresión del alma, se encuentra la verdad sobre la esencia de lo que somos. Y es que es necesario para cualquier creación creadora, tal como en la llama -que muchos pensarán como destructora-; una zona oscura, una energía primitiva y pura, que aunque codificada y transmutada al ser humanizada, haga confluir y vibrar al mismo grado sustancias símiles. Y no hablo de pureza moral, hablo de un equivalente al sentimiento, que es, íntegramente, o no es. 


Tampoco asevero, por completa frustración y miedo que tendría si así fuera, que la maldad nazca con el hombre y mucho menos que el hombre no pueda despojarse de su maldad. Y no lo hago, porque pongo en duda que la naturaleza pueda hablarnos de bien o de mal; pero sí nos enseña de ciclos y de espirales, de caídas y sublimaciones, de creación y destrucción; de equilibrio. 


En este nuestro universo dual, nuestro sueño colectivo, somos y no somos, mas una ventaja se nos ha otorgado: la libertad de configurar nuestra esencia para ser en este, nuestro mundo humano, lo que en verdad queramos.


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Arte sin alma

Intentando forzar historias para que los lectores se distraigan por un momento de sus realidades, no consigo sino darme cuenta de que el sufrir es preciso para la creación artística. La pasión que se logra al unir el dolor con el placer, evoca en los curiosos el sentir. Qué importa lo que se cuenta, qué importa lo que pase o cómo se diga, lo que importa es lo que se sienta, así sea como en el abstracto en "un montón de garabatos". De qué me sirve perder el tiempo en algo que no vibra, que no siente.

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Sólo un sueño

Alejé a quien podría armonizar con mis más abstractos pensamientos y ver tal cual el mundo crudo y cruel, pero no acabado, que yo también veo, por pretensiones idealistas del sentir y del amor, de trascendencia emocional, por ñoñerías perversas por cómplices, enmascaradas de inocencia e ingenuidad. 


Preferí tornar todo en mi contra para ser el culpable de todo caos y salir libre de reales pecados que mi cabeza tejía, y luego manos y boca perpetrarían, mas hasta ahora, en silencio, guardados estaban. Fui la bajeza por no querer confundir y por seguir al sentir, pero de tanto seguirlo ya me ha cansado. 


Idealización, engaño, falso sentir, contradicción, confusión, indecisión, omisión, detrimento del deseo... 


¿Hasta qué punto puede doler una persona?, ¿desde qué punto se deja de ser amante y se pasa a ser mendigo?, ¿cuántos puntos son necesarios para cerrar un herida imaginaria? Sí, imaginaria, pues por más real que se suponga... esto es sólo un sueño.

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Qualia

En el vacío del espacio, un par de cigarros para sólo hablar de tiempo.


Tanto el pasado como el futuro son ilusorios, sólo el presente, que se puede entender como el resultado del choque entre estos dos anteriores, es la vida. Ceñidos en nostalgia y ansiosos por lo que viene, perdemos de vista lo fundamental; el ahora incesante, el ahora eterno. Cada experiencia es única, cada ser un universo. 


No se puede esperar, el vacío no puede ser un lugar normal.


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Noches vacías

Primera noche.

El momento es común, los hábitos están intactos, pensamientos un tanto reiterativos pasan tranquilos y sacan la lengua. Cigarrillos, letras y fotos, nada ha cambiado, el sujeto se nota con calma y sólo un poco reflexivo.


Segunda noche.

Las actividades del día parecen haber incrementado casi al doble de lo normal. Preocupación y estrés leve frente a las mismas. Un reto, o más bien salida, se impuso de gana del conspirador mayor, a tal ni atención supuso. El sujeto recuerda momentos pícaros y sonríe, la sensación del tacto continúa presente.


Tercera noche.

Las ansias comienzan a notarse, lo que antes figuraba como simples memorias toma forma de extraña melancolía, se pasó dos veces cerca al cementerio y ambas coquetearon con la incomodidad y la impotencia. El sujeto ha comprado un nuevo calendario y un viejo reloj.


Cuarta noche.

No más. Se estuvo mirando luz hurtada sin referencia alguna con aquella que ilumina al mundo, esa que no puede iluminar el suyo, pero sin aviso, aparecen piernas al aire con tono de ángel y en otra, una sonrisa fija en el centro de esa, su luz. No fue placentero, el choque mental fue abrupto, se extraña, hay un hoyo, un vacío, dos vacíos... "Qué me dejes trabajar" se dice, "que me desconcentras", "que me quieras", "que, que, que...". El sujeto ha perdido la calma que sostuvo desde la partida, habla solo frente a imágenes inmóviles, se queja de ser un "luchador utópico y masoquista", ha perdido la habilidad social de mentirse.


Quinta noche.

Desnuda, vulnerable y leve queda la razón, sin embargo, y aunque el pensar de que el ser es por lo que sabe haya cambiado -por su culpa- al ser es por lo que ama, esta verdad ni se esconde ni se elige; no hay en su cántaro, Pandora, señas de esperanza, y sin éste, el peor de todos, no hay quien resista tantos males. El sujeto en esta última noche la extrañará.


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Tanto Cuándo

Cuándo llegará la ocasión de verme al espejo y gratificarme por el presente. 

Sueño tanto, que la ocasión se esfuma. Pienso tanto, que me contradigo al tiempo. 


Cuándo podré escribir dolores que no sean sobre el amor ni, aunque redunde, sobre ella. Amo tanto, que me desconozco. Duele tanto, que me compadezco.


Cuándo encontraré mi propia cruz, la que sin importar las consecuencias, cargue a rastras como razón de existencia. Tanto cambio, que no soy. Tanto cuándo, que no estoy. 

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Días

Los días son eternos cuando no tienes, no quieres o no sabes qué hacer.


Despiertas en un lugar que no produce nada nuevo a la vista, no deja nada a la imaginación ni mucho menos por descubrir. El reloj señala al cielo pero el cuerpo se siente, como siempre, terrenal. "Larguémonos, como cuando la vida importaba, por ahí, y vivamos el momento que se nos escapa" dice la vocecita optimista del recuerdo, tan pequeña, tan sutil, tan inútil; pues a oídos sordos... el refrán es largo.

 

Letra por letra que siente, que sangra, que muere, vas dejando tu ser en pequeños papeles que luego utilizarás para anotar el contacto de alguna persona que alguna vez olvidarás o simplemente irá a acabar donde, sientes, te encuentras, en la nada. Retornan los curiosos a la pared del tiempo y te das cuenta de que ya es otro día.


Los días son instantes sólo cuando ya han pasado.


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"Mira la esencia, no las apariencias"



No se puede mirar la esencia, ¿de qué está hablando?, la única manera de conocer la "esencia" de alguien es llegando a conformar una relación con esa persona. Y ni siquiera, pues el don de la mentira es grande, tanto así que alguna vez escuché la historia de una pareja tradicional conservadora, donde, sólo después del matrimonio, el esposo supo que se había casado con un hombre, y lo más impresionante de la historia es que ustedes ya se la estaban empezando a creer. 


La esencia es además una trampa, un anzuelo al que nos aferramos por el ojo, por lo que queremos, un souvenir de un mundo idealizado en el que las energía confluyen en pro nuestra. Pero la verdad es que de nada vale, porque por más que tendamos a no juzgar en primera instancia, siempre temeremos en la calle de quien no debimos, y viceversa. Y más jodido aún es amar a alguien por esencia, porque tarde o temprano será aparentemente evidente el desengaño.


La cosa es que eso de la esencia me cansó, antes lo quería creer, - y aunque exista tal cosa- de nada me sirve valorarla en esta vida tan real que no da espera. Sólo de actos, de palabras; de la acción en cualquier modo que modifique el presente, -que puede que exprese la esencia interior-, me voy a servir para creer en la gente, para ser con la gente. Para seguir amándote.


¿Esencia interior?, redundante por lo mismo... cuando se queda en el interior de nada me sirve. De nada me sirve un universo lleno de magia cuando sólo solo me quedo admirándolo desde afuera, desde lo más lejos, como un misterio que se desea. No quiero amar un misterio ni mucho menos saberte completa... pero si he de mirarte quisiera ser parte.

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En la noche

Escribo en la noche mensajes tentativos, putrefactos por el tiempo que cohibidos mentimos, con la única intención de dar seña o motivo para que sin importar las circunstancias; dudas, temores o castigos, no llegue acaso la idea que deplore aquello vivido, ni a las pasiones prohibidas, cómplices de sentimientos aún más conflictivos, sin más ni más, desterrar al olvido. Escribo en la noche, solo, conmigo, deseando encontrarte en el letargo que ansío.

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Hoy existo, mañana quizás no

Vamos, por qué cohibirse. ¿Qué quiere hacer?, hágalo. Trascurrimos por el sendero de la incertidumbre, desde el mismo concepto del "ser" nos encontramos con trabas y paradojas. Para qué desperdiciar el tiempo de vida en cuestionar nuestros instintos. 


La muerte puede sonar bastante aterradora, pero sólo para aquellos que esperan por un juicio. No ha habido una despedida sin que alguno de los que se queda lo lamente, pero qué se va a hacer, así funciona esto. Viva, maldita sea. ¿Le preocupa qué vendrá después?, se lo aseguro, esa pregunta ya se la ha hecho antes, más de una vez, y hese acá indagando en el reiterativo absurdo. Despójese de la idea de la eternidad haciendo suyo este momento. ¿Si no es ahora entonces cuándo?


No me señale si le suena a charla motivacional, pues en efecto lo es. Usted que se cree libre de todo, que cree ser, recuerde ese instante de impotencia y las palabras y/o actos que reprodujo en su mente cuando ya hubo pasado el tiempo. Una chica, un problema, un reto... ¡patético y cobarde!

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Tales de Mileto

Tales de Mileto, el ladrón más grande de la historia, después de sus recorridos por Egipto e India, se hallaba entre la multitud de alguna plaza de Grecia caminando entre las gentes, "esas pobres mentes que no se atreven a trascender" de seguro pensaba, mirando siempre hacia arriba, hurgando el cielo por las respuestas que se le escapaban a su ya bien crecido ego. 


Mientras perdido en su abstracción, no se fijó, el gran "primer" pensador, del pozo que lo esperaba con ansias de verlo caer. La gente río, y éste mojado, comprendió que a veces pasamos por alto la vida que pasa por nuestro ahora por estar al acecho de los secretos de Dios. 


Profusamente dedicados al exterior, o en su defecto inmersos en la introspección. Pero sólo cuando la voz interior se acalle, esa misma que resuena a los que no sabemos leer rápido, podremos acercarnos un tanto al ya perdido ser animal, que vive lo que pasa, no lo que piensa.


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Procedimiento 

Desliza la punta de los dedos, medio e índice, por sobre la línea de la herida, lleva los mismos hacia tu boca, a las comisuras de los labios. Con la mirada fija en lo que queda de la víctima, chúpalos hasta que jugueteen con tu úvula. Ya con ellos bien mojados, retíralos lentamente y baja sus párpados. Descendiendo por su mentón, agarra con fuerza su cuello y acaba.

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Es tarde y temprano

A veces cuando la monotonía llega a sus extremos, la diferencia entre la noche y el día se disipa, las horas pasan y la vida con ellas. Los párpados en la mañana ruegan por no abrirse, pero el maldito aparato con su molesto sonido nunca olvida. Tal vez la diferencia entre la noche y el día en estos casos, sea que en la noche se piensa más y en día se miente mejor.


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Vudú

Habían pasado varios meses desde que ella le regresó el muñeco que había hecho para él mientras salían, pero que por causa de las reparticiones de bienes, bien conocidas por todos los que se dejan, se lo quedaría. Ese día admitió con leve recelo que le parecía extraña la decisión, pero al ver lo idéntico de la figura de trapo a él, así con camisa de cuadros y todo, sin titubear mucho agradeció a su antigua compañera de viaje por tan bello gesto y en el camino pensó qué lugar del cuarto ocuparía.


No pasó mucho para que la mente soñadora y hambrienta de misterio que éste tenía, cediera a una de sus frecuentes películas. No lo culpo, el muñeco de por sí era un tanto raro, tela blanca para la piel, curtida por el tiempo que debió haber pasado guardado, vestido a la moda de los noventas, y con una sonrisa y ojos a hilo negro que pretendía emular la carita sonriente drogada de Nirvana. Era un jodido vudú, o por lo menos eso se repetía cada noche desde que su vida se comenzó a venir abajo.


Desde que despertaba, la miseria de la cotidianidad no bastaba, sólo requería de levantarse para que los problemas comenzaran. En la calle los perros le ladraban y perseguían. No lograba conseguir un peso con su rota guitarra en los buses, y eso cuando si quiera le permitían subir sin insultos o sin pagar. En cuestiones del corazón era en lo único que parecía que el pedazo de trapo, como ahora lo llamaba, lo estaba favoreciendo, razón por la cual no lo hubo encendido como quiso en su momento. 


Al parecer había encontrado un ángel que le daba motivos para enfrentarse a las desavenencias, y todo lo anterior, según él, por causa del mini-él. Cada insignificante cosa; canción, visión, palabra... todo se hilaba en su red de sospechas esotéricas y pese al mal rato, los buenos besos le justificaban. Agradecido aunque contrariado supo mantener la calma hasta la noche que marcaría su partida. 


Escribir se había convertido en su condena, le era obligatorio registrar todo lo que sucedía entre su musa y él, cada emoción y pensar quedaban guardados en pedazos de papel que rasgaba de su viejo cuaderno de escuela, en donde no habían sino garabatos hechos por él y la antigua dueña del pequeño monstruo, y entre ellos una que otra carita drogada como la del mismo. Antes del último golpe para el punto final de su escrito de turno, su ángel le sorprendió tocando a la puerta. Era muy tarde, muy sola y fría la noche como para que su deseo por ella, mezclado con la nicotina y las cervezas que llevaba encima, no se desatara sin control al momento de tenerla entre brazos. 


Ya en cama, con las espaldas cubiertas en rasguños y con los ecos aún perceptibles de los gemidos de ambos, mientras dormitaba el maldecido, la bella luna de sus noches se estremeció al ver por vez primera, sobre el escritorio junto a los papeles, al muñeco que tanto he mencionado y del que ahora me faltan adjetivos. Lo dispuso en sus manos, lo detalló tanto que cualquier ser vivo hubiera volteado la mirada, sonrió por el parecido que éste tenía con su amante, y en un gesto de ternura deslizó con cierta fuerza su anillo de tela por sobre el cuello del muñeco tal como si fuera un collar ajustado. Lo dejó allí, tendido sobre las memorias de su querido que ahora se ahogaba. 


-Esa es la historia. ¿Segura que quiere llevárselo?

-Sí, totalmente. Me hubiera gustado decirle que yo ya no lo amaba.


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Esquela epistolar

Sí, no lo soporto.

Aunque no nos viéramos y el hablar fuera muchas veces peor que el no hablar, el pensar que simplemente ya no te vería más ni podría tenerte cerca de nuevo, no me deja tranquilo y realmente no es tan simple. 

Ayer me quedé mirando al techo a la luz de una vela por mucho tiempo, estaba pensando en nada, sólo sabía que algo me faltaba... quizá, sólo un "buenas noches" o alguna cursilería por el estilo. 

Me di al sentir del cual, sí, pretenciosamente, me regocijaba de poder expresar, pero no lo hacía de manera malintencionada y mucho menos mentirosa, quería estar con alguien, quería querer a alguien, quería que fueras tú.

Peco por apresurado, acelerado y apasionado, pero qué puedo hacer, si a la tercera de verte ya estuve enamorado, no es que yo lo eligiera, no creo si quiera que haya quien pueda.

Todo tan claro, en difusas discusiones, allí, en lo más literal del sentido de las palabras se encontraba el problema, yo saltándome los pasos y tú contando tanto los míos como los tuyos.

Sé que ha pasado sólo una luna, pero ya no lo soporto, al parecer conmigo todo funciona a otro tempo. También sé que lo que dijiste, de no entendernos, es triste pero real, somos tal vez como dos hemisferios del cerebro de la misma perturbada persona.

Lo anterior consume en pena todo el aire, ¡cómo no comprender a quien se quiere, cómo no poder estar con a quien se extraña!, tendría sentido si la limitante fuera un no-sentir. Perdería el sentido si la limitante fuera un no-sentir, pero qué digo, prefiero la claridad.

Escribo esto, y aunque pensado, sin mucha mente, y hasta admito el decir "¡vamos a ver quién tiene el corazón más frío!", pero, lo hago con ánimo de saber una pequeña inmensa cosa...

¿Eres real?


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Ser y tener

Sé el desenfreno de lo que en potencia en mí aguarda, abstráeme de este suelo tan frío y muerto a tu país de absurdos colores y sentimientos. 


Cometamos todos los pecados, cuestionemos todos los recados de moralidad, elegancia y buen estado.


Te acosaré de día en la vida y de noche en los sueños, me meteré en tu alma aunque por momentos dudes y caigas en el limbo que ahora me impones por saber si seguirás conmigo al alba. 


Me pierdo, mujer, en tus palabras; al ser yo el obsesivo, cualquier "cariño", de esperanza amarga, me encanta. 


Digo que me contradigo por tu manera inocente de volver mis palabras contra mí cual arma de doble filo, me contradigo por ingenuidad, como de quien todo lo ha perdido al conocer en ti nada conocido.


Seamos el desenfreno que no luche por abrir paso en el camino sino que alejando toda triste y racional conclusión de esto que ahora vivimos, se invente su propio destino.


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Estaba más cuerdo antes de conocerte. 


Las noches eran menos trascendentales; la luna sólo brillaba, ahora me grita "IDIOTA".


En los recuerdos aún tibios del tacto, me resguardo y pierdo, antes de dormir. Así, tal vez, el inconsciente haga de las suyas y te traiga conmigo a ese lugar donde los miedos son dioses y las fantasías son hechos. 


Quisiera poder salir del envase corpóreo mientras descansa, acecharte en la oscuridad cual psicótico pasional, ser el voyeur de tus sueños húmedos, de tus pesadillas. Saciarme en ti sin dejar de verte a la cara. 


Pero no puedo más que remembrar, reconstruir lo dicho para facilitar la proyección de imágenes, acariciar las sábanas como si allí estuvieras, y sobretodo, oler el éter impregnado de tu esencia.


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Mariposas

Hoy ha muerto otra mariposa y lo ha hecho sobre mi cenicero.


Las mariposas vienen a morir a mi cuarto. Algo me dice que es por el hecho de que viva al lado de un cementerio, ya saben, por las flores. 


Hay algo en su morir que no me deja tranquilo; se ven tan apacibles ahí cerca de la bombilla, inmóviles como si realmente disfrutaran de lo que está pasando, y luego, en el brutal afán de una moira lepidóptera, se retuercen, ya sea de dolor o de placer, y comienzan con su frenesí de golpes en las alturas contra las paredes de una habitación cubierta en humo.


Símbolo fatídico de bellas alas de colores... esta vez de amarillo y negro pintado un cenicero; su última crisálida.


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Hoy tuve un sueño

Soñé que soñaba que estaba soñando con vos. Todo, como sólo mi mente puede imaginarte, fue perfecto. En él, teñías mis manos con tu esencia, revolcabas tu cabeza contra el cielo y al mismo tiempo contra el infierno, tu canto me envolvía y con él me iba, seductoras palabras que susurrabas detenían poco a poco mi corazón, ¡ah!, pero la sangre seguía fluyendo. Todo hermoso, todo rojo, todo bien, pero tenías que decir que despertara.


Me encontré soñando con que soñaba con vos. Todo, como sólo mi mente puede imaginarte, fue horrible. En él, miles de cuerpos masculinos desnudos junto al tuyo excepto el mío, miles de besos y caricias ajenas a las mías te cubrían, y tu rostro, maldito rostro rojizo y excitado, el cual bañado en pétalos de rosa me escupía las espinas y me las clavaba en los ojos. Rompí con en un grito la ilusión.


Caí y caí en cuenta de que estaba soñando con vos. Todo, como sólo mi mente puede imaginarte, fue vacío. En él, tú estabas y yo también, mirándonos fijamente a la ojos, frente a frente, sin miedos, sin deseos, sin prejuicios, sin ganas, sin nada, sólo ahí, vivos pero muertos, ahí pero no. 


Desperté y entendí que no era un sueño; sólo recordaba.


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Acontecer

Quizá sea el agobio de una mente herida y predispuesta lo que somete la percepción a las pulsiones más primitivas, pero como todo quizá tiene una contraparte, quizá y sólo quizá, la noche que estuvo presente con su puta brillante, atestiguó dos almas grises jugando a ser notas que sus vibraciones configuraban a la armonía ideal que pretendían.

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