Esquela epistolar

Sí, no lo soporto.

Aunque no nos viéramos y el hablar fuera muchas veces peor que el no hablar, el pensar que simplemente ya no te vería más ni podría tenerte cerca de nuevo, no me deja tranquilo y realmente no es tan simple. 

Ayer me quedé mirando al techo a la luz de una vela por mucho tiempo, estaba pensando en nada, sólo sabía que algo me faltaba... quizá, sólo un "buenas noches" o alguna cursilería por el estilo. 

Me di al sentir del cual, sí, pretenciosamente, me regocijaba de poder expresar, pero no lo hacía de manera malintencionada y mucho menos mentirosa, quería estar con alguien, quería querer a alguien, quería que fueras tú.

Peco por apresurado, acelerado y apasionado, pero qué puedo hacer, si a la tercera de verte ya estuve enamorado, no es que yo lo eligiera, no creo si quiera que haya quien pueda.

Todo tan claro, en difusas discusiones, allí, en lo más literal del sentido de las palabras se encontraba el problema, yo saltándome los pasos y tú contando tanto los míos como los tuyos.

Sé que ha pasado sólo una luna, pero ya no lo soporto, al parecer conmigo todo funciona a otro tempo. También sé que lo que dijiste, de no entendernos, es triste pero real, somos tal vez como dos hemisferios del cerebro de la misma perturbada persona.

Lo anterior consume en pena todo el aire, ¡cómo no comprender a quien se quiere, cómo no poder estar con a quien se extraña!, tendría sentido si la limitante fuera un no-sentir. Perdería el sentido si la limitante fuera un no-sentir, pero qué digo, prefiero la claridad.

Escribo esto, y aunque pensado, sin mucha mente, y hasta admito el decir "¡vamos a ver quién tiene el corazón más frío!", pero, lo hago con ánimo de saber una pequeña inmensa cosa...

¿Eres real?


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