Ser y tener

Sé el desenfreno de lo que en potencia en mí aguarda, abstráeme de este suelo tan frío y muerto a tu país de absurdos colores y sentimientos. 


Cometamos todos los pecados, cuestionemos todos los recados de moralidad, elegancia y buen estado.


Te acosaré de día en la vida y de noche en los sueños, me meteré en tu alma aunque por momentos dudes y caigas en el limbo que ahora me impones por saber si seguirás conmigo al alba. 


Me pierdo, mujer, en tus palabras; al ser yo el obsesivo, cualquier "cariño", de esperanza amarga, me encanta. 


Digo que me contradigo por tu manera inocente de volver mis palabras contra mí cual arma de doble filo, me contradigo por ingenuidad, como de quien todo lo ha perdido al conocer en ti nada conocido.


Seamos el desenfreno que no luche por abrir paso en el camino sino que alejando toda triste y racional conclusión de esto que ahora vivimos, se invente su propio destino.


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