Para mi carne sos deseo ardiente, perversión hecha travieso juego, sensualidad con un toque vil y sobretodo pícaro pero cínico, para mi mente sos inquietante, maravillosa en complejidad, todo un
laberinto de pistas musicales y enigmas ajedrezados, desconfiguración de la realidad, subjetivación de la importancia y asimilación de la pregunta, pero para mi ser sos castigo, sos trampa de
osos en un campo minado, sos la espada, la pared, el piso y lo que queda, sos lo que me ata a desesperos, sos las palabras que no pude decir y las que dije cuando ya era tarde, sos lo triste de
la vida, lo real, lo que no permite volar, sos y sos y lo que querás seguir siendo conmigo. Para mi ser sos el silencio incómodo.
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