Estaba más cuerdo antes de conocerte. 


Las noches eran menos trascendentales; la luna sólo brillaba, ahora me grita "IDIOTA".


En los recuerdos aún tibios del tacto, me resguardo y pierdo, antes de dormir. Así, tal vez, el inconsciente haga de las suyas y te traiga conmigo a ese lugar donde los miedos son dioses y las fantasías son hechos. 


Quisiera poder salir del envase corpóreo mientras descansa, acecharte en la oscuridad cual psicótico pasional, ser el voyeur de tus sueños húmedos, de tus pesadillas. Saciarme en ti sin dejar de verte a la cara. 


Pero no puedo más que remembrar, reconstruir lo dicho para facilitar la proyección de imágenes, acariciar las sábanas como si allí estuvieras, y sobretodo, oler el éter impregnado de tu esencia.


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